Datos publicados hoy por el Ministerio de Asuntos Internos Japonés indicaron que la inflación en este país registró un leve progreso en agosto.
Ello ocurrió pese a seguir estando lejos del objetivo del dos por ciento del Banco de Japón (BOJ), que desde hace cinco años lleva a cabo una ambiciosa ofensiva monetaria.
Los precios al consumo (excepto productos perecederos) aumentaron 0,9 por ciento, frente al 0,8 de julio y junio, siempre según Asuntos internos.
El alza de los precios del petróleo en ese periodo influyó positivamente, excluyendo la energía, además de los productos frescos. La inflación solo alcanzó el 0,4 por ciento (frente al 0,3 de julio, 0,2 de junio y 0,3 de mayo).
Incluyendo todos los precios, la progresión de agosto fue del 1,3 por ciento, muy superior al 0,9 del mes anterior, aunque esto no es necesariamente una buena noticia para el BOJ.
En principio, el gobernador del BOJ, Haruhiko Kuroda, esperaba alcanzar el objetivo del dos por ciento en 2015, dos años después de presentar un programa masivo de compra de activos en el marco de la estrategia Abenomics del primer ministro Shinzo Abe.
El Banco de Japón, que mantiene una política de tipos de interés cercana a cero desde finales de 2008, espera que la inflación se vaya estableciendo en la economía japonesa en el año 2015.
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